En la primera clase de Habilidades del Counselling hemos reflexionado sobre las "habilidades de exploración" y las opciones para "construir de manera natural". Considero que para conseguir un mejor autoconocimiento, necesito realizar con calma (digo con calma, porque el proceso de "mirar hacia dentro" requiere tiempo y quietud, y no siempre he estado en disposición para ello o con el ánimo adecuado para este fin) reflexiones personales sobre cómo lo estoy gestionando.
La exploración va unida a la práctica, a lo que hago, y cómo lo hago para conseguir mi objetivo en cada momento.
Me pareció muy positiva en esta primera clase, la idea de "indagar acerca de nuestro cambio personal". El hecho de autoconocerme me permitirá "cambiar mi manera de hacer", estos son logros muy positivos a largo plazo para mi desempeño personal y profesional.
Para facilitar los procesos de exploración tenemos que crear espacios de seguridad en clase o en cualquier otro contexto en el que lo realicemos.
El profesor Alejandro nos pidió que reflexionáramos sobre qué es un "asunto". Al principio me costó definir qué es un "asunto" pues aunque tenía la representación mental y su significado no podía establecer con claridad una definición precisa. Lo relacioné inicialmente en ese tiempo de reflexión, con una "ocupación", un "quehacer"... Sin duda, también lo relacioné con algo "preocupante", algo que siempre que se nombra ("asunto"), requiere la atención de la persona.
Me inquieté porque rápidamente también lo había asociado a "cosas pendientes que debiera haber hecho pero no había finalizado todavía", ese pensamiento me llevó a otro, malestar o al menos, inquitud, mala gestión... Sentí que cuando postpongo cosas que tengo que hacer "asuntos", en paralelo me generan emociones de falta de atención sobre dicho quehacer. Supongo que incluso desde la escuela, ya nuestros maestros nos decían "las tareas es algo que debe hacerse", en caso lo tengo interiorizado.
El profesor nos dio 5 minutos para organizar y jerarquizar de forma prioritaria aquellos "asuntos". Esto me resultó dificilísimo, tanto que pasado el tiempo para ello, todavía no había logrado concederles un orden de prioridad. Muchas veces me ha pasado, que tampoco reflexiono sobre cómo abordo la manera en que hago las "cosas que tengo que hacer" ni cómo afronto mis "ocupaciones".
El lenguaje es importante para construir significados de estos procesos, un lenguaje lesivo como "tendría que haberlo hecho hace una semana, lo hago con retraso" no ayuda a tener mejor disposición sobre las nuevas acciones que voy a desempeñar. Los "asuntos" los problemas, no ocurren aislados, sino que a su vez, forman parte de otros procesos más amplios de la vida cotidiana a los que concedemos un orden de prioridad diferente, incluso uno diferente cada día.
A continuación, en clase pensé que me resultaba mucho más complicado el rol de "explorado" que el de "ser explorador" y esto lo relacioné con la manera en que me enfrento a esa situación. Considero que tanto el conocimiento como la experiencia previa son claves o al menos indicadores sustanciales del logro de este objetivo. A veces, porque ser explorador conllevaba tener cierta iniciativa personal con la otra persona junto con ofrecerle confianza.
En el ámbito profesional se busca la competencia funcional de los "asuntos" por ejemplo, en las actividades que desde el centro se realizan con los alumnos en Secundaria, pero no siempre se relfexiona sobre el manejo de los "asuntos" los cuales están influyendo en nuestros propios procesos de aprendizaje. En mi caso, necesito más tiempo para no realizar una conducta impulsiva o mecánica que ya he aprendido previamente y "aprender a esperar", observar, reflexionar como digo "más allá de lo funcional, y desde luego, de lo inmediato ante lo que hay que hacer". El autoconocimiento requiere tiempo y calma, conocer precisamente mis puntos fuertes, mis puntos débiles y saber gestionarlos.
lunes, 2 de marzo de 2015
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